Sacó el pasaporte, tomo las maletas y se giró. vió un apartamento vacío, paredes desnudas, grises ventanales y pequeñas lágrimas en el tosco suelo. poso todo por un momento, tomo un papel y puso:
"nunca me quede sin palabras hasta el día en que intente decirte te quiero".
Tomo de nuevo las maletas, poso el papel sobre la sucía encimera, y cerró la puerta.
Sabía que había errado otra vez, sabía que su timidez o su simple soledad le habían invadido otra vez y por lo tanto era hora de marcharse.
Un destino pasado, otro corazón caducado, un destino futuro, un futuro corazón enfermado.
mudanza en el bucle.
buclesinsalida.
J.